El concepto de edificio enfermo apareció en la década de los setenta, pero no fue hasta el 1982 que fue reconocido por la OMS (Organización Mundial de la Salud) . Se trata de un edificio dónde sus habitantes, muestran un conjunto de sintomatologías superiores a la media , normalmente en espacios cerrados, con mala gestión del aire o por mal estado. La OMS lo define como «el conjunto de síntomas diversos que presentan, predominantemente, los individuos en estos edificios y que no van en general acompañados de ninguna lesión orgánica o signo físico, diagnosticándose, a menudo, por exclusión.”
Los síntomas
Los más frecuentes son: Jaqueca, picor e irritaciones en los ojos, nariz y garganta, resfriados periódicos, sensación de sequedad en vías respiratorias, asma, dermatitis y piel seca, mareos y alteraciones de la conducta: estados irritables, etc.
¿A qué se deben?
Pueden existir múltiples causas pero las más frecuentes son: Mala calidad del aire, temperatura distante a la de confort (23-26% en verano y 20-24º en invierno), humedad relativa baja (debe estar entre 40-60º), inadecuada intensidad lumínica, o de ruido.
Según un informe del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España, algunas de las características comunes de estos edificios son tener casi siempre unsistema de ventilación forzada común todo el edificio o a amplios sectores, recirculación parcial del aire, edificios estancos sin posibilidad de abrir ventanas, localización de las tomas de aire en lugares inadecuados, o uso de intercambiados de calor que transfieren los contaminantes desde el aire de retorno al aire de suministro.
Los contaminantes más frecuentes son el dióxido de carbono (CO2) ya que los seres humanos lo producen de forma natural, partículas o aerosoles orgánicos, humo que en sí mismo contiene más de 3000 compuestos, entre ellos monóxido de carbono (CO), aldehídos, Óxido de nitrógeno, etc.
Los materiales de construcción y decoración del edificio así como los muebles y demás elementos pueden también ser la causa de la presencia en el aire de compuestos tales como formaldehído, vapores orgánicos, polvos y fibras (asbestos, vidrio, textiles). Por otra parte los materiales usados para el trabajo de oficina, en las instalaciones o para el mantenimiento pueden aportar contaminantes al ambiente. Ese es el caso de los productos utilizados como correctores, del ozono desprendido por las fotocopiadoras, los biocidas, los productos de limpieza, los desodorantes, etc. Existen también casos en que estos contaminantes proceden del exterior del edificio como pueden ser los humos de escape de automóviles, el dióxido de azufre o el radón.El polvo presente en un aire interior está formado por partículas tanto orgánicas como inorgánicas, muchas de las cuales pueden clasificarse como fibras. El polvo total dependerá de la ventilación, la limpieza, y la actividad en la zona.
Existen unas guías y recomendaciones de la OMS, donde se establecen unos valores máximos de unas 28 sustancias potencialmente nocivas para la salud.
¿Como responder ante un edifico con sospecha del SEE (Síndrome del Edifico Enfermo)?
Primero analizar la correcta ventilación, midiendo los parámetros de aportación de aire fresco por individuo. La International Energy Agency (IEA) indica que un aporte de aproximadamente 10 litros por segundo (cerca de 35 M3 /h) por persona (actividad sedentaria) será adecuada para extraer los bioefluentes humanos (olores) y CO2. Investigar también si las condiciones operacionales de la instalación del edifico son correctas. El cambio y revisión recuente de filtros en los conductos de ventilación del aire o incorporación en caso de no existir, es una de las primeras medidas. La incorporación de tecnologías de purificación del aire y superficies que mineralicen los COVS (Compuestos Orgánicos Volátiles) y eliminen los patógenos habituales en contagios, como virus y bacterias, puede ser una herramienta muy efectiva si no se pueden identificar o eliminar las causas de raiz.
Algunos aparatos de emisión de radicales libres, producen un proceso de oxidación avanzada similar al que se da en las capas altas de la atmósfera, produciendo aire fresco natural en espacios cerrados. La incorporación de humidificadores si es necesario, y la regulación de la intensidad lumínica o aislamiento sonoro adecuado son otro tipo de medidas.
Cabe destacar que en muchas oficinas la presencia de máquinas de fotocopias e impresoras insuficientemente ventiladas o aisladas generan contaminantes nocivos a largo plazo. Los productos de limpieza industriales inadecuadamente tratados, cantidad y eliminación, también generan compuestos tóxicos que se deberían eliminar.