La calidad de aire influye directamente en nuestra salud, se ha convertido de una de las causas más comunes de muerte prematura, pero esta no sólo afecta a personas con asma o enfermedades respiratorias, sino que dependiendo de los niveles que este alcance puede ser nociva para todos. Pero, ¿cómo podemos conocer el grado de contaminación al que estamos expuestos? Dicho de otra forma, ¿cómo medir la calidad del aire?
En primer lugar, como no todo el mundo tiene conocimientos de química avanzados, nos desborda la información sobre los compuestos que pueden ser dañinos. Hablamos de la polución o contaminación en general. Conocemos el monóxido de Carbono, cada vez más somos conscientes del daño de las micropartículas en suspensión y nos referimos negativamente al ozono. Por televisión nos hablan de los óxidos de Nitrógeno, o Azufre. Además, escuchamos que en nuestros hogares y lugares de trabajo pueden existir compuestos orgánicos volátiles, como formaldehídos, toluenos, …
Para poner orden en el análisis de la calidad del aire, se diseñó un índice llamado ICA (Índice de Calidad del Aire), o AQI, por sus siglas en inglés. El índice tiene un rango de 0 a 500, donde los números más altos indican una peor calidad del aire respirado. En la siguiente tabla se observan las categorías y rangos de concentración. Estos niveles están basados en las recomendaciones de la OMS.
Estas son las implicaciones para la salud de cada uno de los 6 niveles de AQI:
- Bueno (0-50): la calidad del aire se considera satisfactoria y la contaminación del aire presenta poco o ningún riesgo para la salud humana. Sin embargo, las personas sensibles, como las personas con asma u otras enfermedades respiratorias, aún pueden experimentar algunas molestias.
- Moderado (51-100): La calidad del aire es aceptable, pero algunos contaminantes pueden estar moderadamente elevados. Las personas con enfermedades respiratorias, los niños y los ancianos pueden experimentar algunos síntomas respiratorios, como tos e irritación de los ojos, la nariz y la garganta.
- Insalubre para grupos sensibles (101-150): este nivel indica que la calidad del aire no es saludable para grupos sensibles, como personas con asma, enfermedades cardíacas u otras enfermedades respiratorias, niños y ancianos. Pueden experimentar síntomas respiratorios más graves, como sibilancias y dificultad para respirar.
- Insalubre (151-200): la calidad del aire se considera insalubre y todos pueden comenzar a experimentar algunos efectos adversos para la salud, como síntomas respiratorios, como tos, dificultad para respirar e irritación de los ojos, la nariz y la garganta. Las personas sanas también pueden experimentar una capacidad de ejercicio reducida y otros impactos en la salud.
- Muy poco saludable (201-300): la calidad del aire se considera muy poco saludable y es probable que todos experimenten efectos graves para la salud, como dificultad respiratoria, que incluye tos, sibilancias y dificultad para respirar. Los niños, los ancianos y las personas con problemas de salud subyacentes son particularmente vulnerables.
- Peligroso (301-500): la calidad del aire se considera peligrosa y todos pueden experimentar efectos graves para la salud, como insuficiencia respiratoria, hospitalización e incluso muerte prematura. Se recomienda que las personas permanezcan en el interior y eviten toda actividad física al aire libre.
El estado del aire se puede obtener de muchas fuentes. En los smartphones, las aplicaciones de tiempo ofrecen ya éste índice para la fuente de medición más cercana a nuestra localización.
Por ejemplo, para los usuarios de iPhone: Acceda a los ajustes de su iPhone y siga estos pasos: Pulse «Ajustes»; busque la aplicación Maps para acceder a las opciones de configuración; busque la sección “clima” y dentro de esta encontramos “índice de calidad de aire” justo a ello verá un botón deslizante, y colóquelo en la posición activado.
También existen distintas apps que se pueden buscar en los stores solamente buscando AQI, o ICA.
¿De dónde se nutren estos índices? Existe una red amplia de medidores públicos en todo el territorio y además se complementa por una red de centros voluntarios que también publican en tiempo real las mediciones de estos compuestos.
En los momentos de publicar esta noticia, observamos como en existen varias estaciones por encima de 160, la ciudad de Illescas y algunos barrios de Madrid y en Murcia capital, el índice es de 168, calificado de perjudicial, con unos índices de PM2,5 de 88 µg/m³ lo que supone unas 17,6 veces la recomendación de la OMS.
En situaciones similares que desafortunadamente se repiten a diario en todas nuestras ciudades, ¿cómo podemos protegernos?
- Lleve una mascarilla fuera
- Cierre sus ventanas para evitar el aire sucio exterior
- Use un purificador de aire
- Evite el ejercicio al aire libre
En Puroh, nos preocupamos para mejorar su vida en este tipo de situaciones. Nuestros aparatos incorporan un medidor que le indica exactamente la calidad del aire de su estancia. Además, purificamos activamente, sin filtrar. Con una reacción radicalaria llamada Factor de Aire-Libre, considerada el detergente natural de la atmósfera. Puroh neutraliza y mineraliza estas partículas en compuestos saludables como vapor de agua u oxígeno.