¿Cómo nos afectan las partículas en suspensión?

Las principales ciudades españolas incumplen los valores límite de las partículas en suspensión, según denuncian a menudo muchos titulares de prensa. (1)

No parece que esto nos preocupe demasiado. Llegar a tiempo a la oficina, recoger a los niños, el aumento del precio de los carburantes o la inflación nos suben más el cortisol que estos titulares. Sin embargo ¿Debemos preocuparnos?

La psicología cognitiva describe lo fácil que nos resulta subestimar los riesgos a largo plazo, y los vemos de menor tamaño en comparación con los costes de evitarlos a corto. Y lo cierto es que el aire polucionado que respiramos en las ciudades o en pueblos agrícolas o ganaderos nos está minando la salud de manera evidente, según todos los estudios de la Organización Mundial de la Salud. (2)  

¿Qué son y por qué debemos preocuparnos? Las partículas pequeñas presentes en la atmósfera de nuestras ciudades pueden ser de origen natural como el polen, el polvo, por ejemplo el del Sahara es habitual en nuestras latitudes, restos orgánicos, o por la acción del hombre: Cenizas, hollín, partículas metálicas, componentes de los gases de escape de vehículos, etc.

La OMS, hace ya unos años estableció que las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras – PM2,5 – son un mejor indicador de la contaminación urbana que las que se venían utilizando, las PM10.  La razón se fundamenta en que estas provienen en su mayoría de las emisiones de vehículos Diesel y otras actividades industriales.

Los efectos en la salud de estas partículas son conocidos: Provocan una exacerbación de las enfermedades respiratorias y cardiovasculares y están asociadas al creciente desarrollo del asma y alergias entre la población infantil. Las PM2,5 tienen efectos más severos que las mayores PM10 puesto que son 100% respirables y penetran profundamente en los pulmones, pudiendo llegar al torrente sanguíneo. Además, permanecen mucho más tiempo en suspensión en el aire. Los grupos más sensibles –niños, ancianos y personas con padecimientos respiratorios y cardiacos– corren más riesgo de padecer los efectos negativos de este contaminante.

A pesar que no todas las ciudades realizan este tipo de mediciones, se usan series temporales para medir la correlación de la concentración de estas partículas en el aire urbano con los ingresos hospitalarios por urgencias, no programados. Un estudio reciente en Madrid llegó a la conclusión que existía una correlación perfectamente LINEAL entre las dos variables.

El Ministerio de Salud ha publicado unas recomendaciones asociadas a la calidad del aire que se pueden consultar en este enlace.  Como se ve, básicamente recomienda no salir o realizar ejercicio al aire libre a más segmentos de la población a medida que los indicadores van empeorando. Hoy en día las principales aplicaciones meteorológicas de nuestros smartphones muestran las lecturas de los medidores de calidad del aire más cercanos.

Lo que no tenemos es la lectura de las partículas en suspensión presentes en nuestras casa o lugares de trabajo. Allí pueden darse lecturas de calidad del aire peores que las exteriores, aunque parezca un contrasentido, dependiendo de algunas condiciones. En los interiores se producen aerosoles por el uso de productos de limpieza, se acumula CO2, polvo, mohos, fibras y restos orgánicos.

Lo más recomendable sería asegurar una buena ventilación, aunque no siempre es posible por condiciones térmicas, calidad del aire exterior, o aberturas practicables. En estos casos se puede recomendar el uso de purificadores para apoyar el alcance de los niveles aceptables. 

PUROH ROOM mide la calidad del aire en sus dos medidas internacionalmente aceptadas (OMS): En primer lugar, de las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM 2,5) descritas arriba. También realiza una medición de los grupos de sustancias más frecuentes y peligrosas en cuanto a la exposición al aire de espacios interiores que son, con seguridad, el formaldehído (HCHO) y los compuestos orgánicos volátiles (VOC). PUROH es un purificador que descontamina los ambientes, mineralizando estas partículas, haciendo que precipiten, además de prevenir contagios por patógenos o alergias.

(1) La Comisión Europea denunció en verano de 2019 a España ante el TJUE por incumplir la normativa europea de calidad del aire en Madrid, Barcelona, el Vallès Oriental y Occidental y Baix-Llobregat, donde excedía «de forma persistente» los niveles máximos de dióxido de nitrógeno (NO2) de la normativa europea vigente desde 2008 y legalmente vinculantes desde 2010. 
(2) El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha condenado a España por no cumplir las normas de la UE sobre calidad del aire y por su obligación de velar porque no se sobrepasen los valores máximos permitidos de contaminación. En concreto, considera que entre 2010 y 2018 se superaron «sistemáticamente» las tasas de dióxido de nitrógeno en el aire enMadrid, Barcelona, el Vallès-Baix Llobregat