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Sanatorios, una reliquia del pasado, o no?

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Durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX antes de la aparición de los antibióticos, las enfermedades respiratorias eran una de las principales causas de morbilidad y mortalidad. Ante la falta de tratamientos efectivos, los médicos recomendaban de forma heurística el ingreso en sanatorios o centros turísticos de montaña para tratar enfermedades respiratorias.

Esta práctica se ha retratado a menudo en libros o películas famosas, como «La montaña mágica» de Thomas Mann, una novela ambientada en un sanatorio en Davos, Suiza o «El velo pintado» de W. Somerset Maugham, otra novela de un sanatorio en Hong Kong.

Veamos, ¿qué beneficios se esperaban de recomendar largas estancias en costosos sanatorios? ¿Tal vez fue solo la ausencia de algo más, o había alguna evidencia práctica de recuperación? Los médicos creían que el aire puro tenía capacidades de desinfección que podrían ayudar en la recuperación de los pacientes. Pero, ¿cuáles eran las razones argüidas para su efectividad, además de escapar de las ciudades industriales sucias y contaminadas?

La atención al llamado Factor de Aire-Libre se desarrolló durante una época en que la tuberculosis estaba muy extendida y no había tratamientos efectivos disponibles. El enfoque se basó en la creencia de que el aire fresco y la luz del sol en los centros turísticos de montaña o sanatorios podrían ayudar a los pacientes a recuperarse de enfermedades respiratorias. Los médicos creían que el aire limpio ayudaba a limpiar los pulmones de bacterias que causan enfermedades y promovía la curación. El factor de Aire-Libre fue ampliamente adoptado en Europa y Estados Unidos, donde se construyeron muchos sanatorios y centros turísticos de montaña para tratar enfermedades respiratorias. Estas instituciones a menudo estaban ubicadas en áreas aisladas, lejos de ciudades contaminadas y rodeadas de belleza natural. Los pacientes pasaban meses o incluso años en estas instalaciones, sometiéndose a diversos tratamientos y aprovechando el aire limpio y las actividades al aire libre.

El Factor al Aire-Llibre fue muy eficaz en el tratamiento de enfermedades respiratorias, especialmente la tuberculosis. Las razones detrás de su efectividad solo se insinuaron en ese momento, pero estudios recientes han arrojado luz sobre las razones probables. Una teoría es que la gran altitud y la baja humedad en los centros turísticos de montaña reducen la viabilidad de bacterias y virus, lo que ralentiza la propagación de enfermedades respiratorias. Además, la alta concentración de ozono en el aire de la montaña puede ayudar a matar bacterias y virus. Otra teoría es que el aire fresco y la luz del sol proporcionan al cuerpo vitamina D, que es esencial para un sistema inmunológico saludable. Además, los médicos también enfatizaron la importancia del descanso, la dieta saludable y el ejercicio, que son fundamentales para mantener una buena salud y apoyar el sistema inmunológico del cuerpo, algo que no estaba muy de moda en ese momento. Los pacientes en sanatorios o centros turísticos de montaña recibían una dieta equilibrada y sus actividades físicas fueron monitoreadas cuidadosamente para asegurar que no se esforzaran en exceso.

Durante esos siglos se desconocía por completo el proceso químico exacto del factor de Aire-Libre. Aunque las razones detrás de su efectividad no se entendieron completamente en ese momento, estudios recientes han proporcionado una idea de las razones: Estos estudios han demostrado que este proceso de desinfección probablemente se deba al Proceso de oxidación avanzada (AOP) que ocurre en la atmósfera, específicamente la creación de radicales hidroxilo. El AOP es un proceso que ocurre naturalmente en las capas superiores de la atmósfera, donde los radicales hidroxilo se producen por la reacción del oxígeno y el vapor de agua con la luz solar. Estos radicales hidroxilo son altamente reactivos y pueden reaccionar rápidamente y descomponer compuestos orgánicos, incluidos virus y bacterias. Se les llama el detergente natural. Se cree que este proceso es responsable de las capacidades de desinfección del aire libre para el tratamiento de enfermedades respiratorias.

Varios estudios han respaldado esta teoría, incluido un estudio realizado en un sanatorio para tuberculosos en Suiza, que encontró que el aire del sanatorio contenía una alta concentración de radicales hidroxilo. Otro estudio realizado en un hospital en Taiwán encontró que la exposición al aire exterior redujo significativamente la concentración de bacterias en el aire en las salas de los hospitales.

Entonces podríamos concluir que los médicos tenían razón, aunque llegaran a la evidencia de forma heurística. No conocían las capacidades de la Oxidación Avanzada que se produce en la atmósfera, ni la existencia de radicales hidroxilo culpables de la descomposición de virus y bacterias en el aire, pero de alguna manera percibían que estaban ayudando así en la recuperación de pacientes

El enfoque del factor al aire libre sigue siendo una parte importante de la historia de la medicina y un recordatorio del valor de los remedios naturales en el tratamiento de enfermedades.

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